Hola a todos, me emociona mucho volver a verlos aquí. Por
favor, suban despacio y no olviden verificar su nombre y el número del asiento
en el boleto. Tal vez sea uno diferente al que les tocó en su viaje de ida,
seguramente también sea distinto su compañero de asiento, quién sabe.
No se preocupen, eso no importa, solo cierren los ojos y
miren sus ventanillas. Por ellas desfilarán los atardeceres más bellos que
recuerden y las tormentas más terribles que hayan podido soportar. Verán quién
estaba a su lado admirando el sol y quienes los ayudaban a sostener contra el
viento ese paraguas que se negaba a cubrirlos. Desfilarán juegos de niños y
tonterías de adulto. Se escucharán pronunciando palabras que jamás se
atrevieron a decir, pero lamento decirles que ni siquiera aquí, en este viaje,
escucharán lo que alguien como ustedes, les negó sentir.
Acomódense en sus butacas, ¿les son confortables? ¿Alguien
desea algo para beber? Ya pronto vamos a partir. Les prometo un viaje lleno de
emociones, de recuerdos y de errores. De sonrisas. De sufrimientos e ilusiones
que quedaron por ahí.
No se preocupen. Ya no se preocupen, es el precio del pasaje
que seguramente algunos, no querían pagar.
Elijan una canción o dos, la cantidad que prefieran. Escúchenla
acompañando cada imagen, en ellas, volverán a sentir aromas y sensaciones, las
caricias en su piel. Serán la banda sonora de este viaje. De sus momentos
inolvidables. De todos los que se llevan en eso que decimos corazón, alma o
como cada uno prefiera llamar.
Por favor, no pierdan su tiempo recordando deseos no
cumplidos, ni esperanzas que nunca se pudieron concretar. Dejen atrás las
frustraciones, la ira que alguna vez los empapó. El ego, el orgullo, la riqueza
y el poder. Las desilusiones. Pesa mucho ese equipaje y, no se olviden que en
este viaje vamos desnudos y nada de eso se puede llevar.
No se preocupen por eso, llenen su pecho de orgullo. De
satisfacción y revivan el amor. El dado, el recibido. Tal vez les suene cursi o
repetido, pero solo por eso los recordarán. Pronto solo serán alguien en una foto
descolorida, un nombre sin significado. Un recuerdo cada vez más tenue. Alguien
que pisó lugares que otros muchos ya habían pisado y que muchos otros pisarán.
No se preocupen, es la ley de la vida y si están aquí, es
porque tuvieron la inmensa felicidad de haber sido parte de ella.
Mantengan sus ojos cerrados. ¿Pueden sentir? ¿Pueden verse
en aquellos momentos maravillosos?
Ya hago silencio, les doy privacidad. Este viaje mágico y
misterioso, ya va a finalizar.