Caminamos agarrados de la mano, separados por el brazo. Me
hablás, pero no te escucho. Te pregunto, pero no me contestás.
Escucho las sirenas. Me ensordecen. Está oscureciendo y la
ciudad nos traga, nos envuelve. Nos miramos como dos desconocidos que se
conocen. No sé quién sos. ¿Sabés quién soy?
La luna está
alta, enorme, ¿con quién querrías estar?
Es casi medianoche y pronto el cielo estará teñido de
estrellas fugaces tan falsas como la vida. Como la nuestra. Y vas a apretar mi
mano. Y yo la tuya. Y vamos a pedir un deseo.
Y seguiremos caminando, seguros que no se cumplirán.
Triste y te llena de una sensacion de soledad. Un beso
ResponderEliminarTienen mucha fuerza las estrellas fugaces. Quién sabe...
ResponderEliminar