viernes, 31 de mayo de 2013

300 segundos de paz

La inmensa figura de Margarita dibuja una rara contorsión sobre su cama. Está pintando la uñas de su pie, y para separar los dedos utiliza un cigarrillo al que de vez en cuando le da una pitada. Sus labios pintados de rojo intenso bordan las colillas, que llenan el cenicero. Ahora, en su vejez, sabía que muchos se reían de ella a sus espaldas. Estaba desmedidamente gorda. Eso sumado al exagerado colorete que agregaba a sus, ya de por sí, arreboladas mejillas, no le permitían pasar desapercibida. Pero no siempre había sido así. En la adolescencia, su cuerpo exuberante y la belleza de sus inocentes rasgos la hicieron prontamente el centro de todas las miradas masculinas. El ganador entre tantos pretendientes fue Alberto, un acaudalado comerciante íntimo amigo de su padre. No sirvieron ni ruegos ni enojos, su familia rechazó terminantemente la relación. Cuando ella cumplió la mayoría, se casaron. Desde ese momento, todo fue muy rápido: el definitivo adiós a su familia; la felicidad de su nueva vida; la casa con jardín y la muerte de Alberto. 
Margarita quedamente comienza a tararear una canción. Apaga el cigarrillo y selecciona un tema de su único disco. Se para en el medio del cuarto, inclina la cabeza hacia atrás, acomoda los bucles de su pelo y separa una pierna. Lentamente comienza la música y con ella el movimiento. Con suavidad, desliza las manos por su cuerpo y comienza a bailar con increíble delicadeza. Gira, vuela. La melodía la posee, y desde sus entrañas fluyen emociones contenidas. Su piel se eriza y un cosquilleo detrás de sus ojos anuncia una lágrima.
La música termina, y vuelve a quedar vacía. Por unos momentos no recordó que las deudas de su marido la arruinaron. Ni cómo vendía su cuerpo por alcohol en bares de mala muerte. Lentamente vuelve a su cama, enciende un cigarrillo y comienza a pintar las uñas de su otro pie.

Enlace para quien quiera escuchar lo que baila Margarita.
http://www.youtube.com/watch?v=CtIWZrBgxeg
Ilustración: Rosario Tj




2 comentarios:

  1. Precioso, Héctor. La danza del olvido, en medio minuto me has hecho querer a Margarita. Un abrazo.

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  2. Qué bueno es, te ha quedado genial. Grande Margarita, en todos los aspectos, y grande esa canción que baila. Besos de Riko

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