martes, 28 de noviembre de 2017

Reflejos, mentiras y deseos



Era tan solo otra de tantas noches en las que el reloj parecía lento, aburrido. No el que está en mi corazón deshabitado. Ese, indefectiblemente, se apuraba.
Mis dedos se movían aburridos haciendo girar lentamente el vaso. Trataba de concentrarme en entender las palabras tristes de la canción que se mezclaban con el murmullo de la gente.
El espejo detrás de la barra era como un televisor que trasmitía lo que sucedía a mi espalda. Sin muchas variantes. Aburrido. Como uno de verdad.
Hasta que vi entrar una mujer de la que me podría enamorar.
Detrás de ella, una sonrisa llena de dientes sobre un traje de corte perfecto la dirigía con mano segura hacia una mesa.
Se sentaron muy cerca de la barra, casi junto a mí. Miré su reflejo y le pregunté en silencio las mismas tonterías habituales.
Admiré sus gestos casuales, la firmeza de sus labios tentadores. Sus ojos parecían ser el lugar ideal donde perderse. Y no volver.
Definitivamente podría enamorarme de esa mujer.
Él hablaba en voz muy alta, pero solo escuchaba frases entrecortadas y palabras desconocidas para mí como: …amasar una hogaza…, era muy meliflua…, el giste de la cerveza…
Maldito ruido…
¿Quién habla así?, me pregunté. ¿Un poeta? ¿Un extranjero…?  No. Solo trataba de impresionarla, de adaptar su papel a lo que creía que era ella. Seguramente también podía convertirse en un muchacho de barrio, un filósofo. Quién sabe… Era un “profesional”.
Ella lo escuchaba con atención mientras sus labios comenzaban a mentir una sonrisa.
Al fin apoyó sus antebrazos sobre la mesa y se acercó lo más que pudo para hablarle en voz baja. Ella contestaba tranquila. Él, se recostó indolente, mientras tamborileaba con sus dedos sobre la mesa, hasta que se levantó de forma abrupta y salió del bar casi corriendo.
Nuestras miradas tranquilas y casi cómplices, coincidieron unos instantes en el reflejo.
Admiré la determinación y su firmeza imaginadas. Pensé en acercarme para hablarle, girar y mirarla sin espejo.
Solamente vacié mi vaso mientras la oía desaparecer.  Preferí quedarme con su reflejo y mi amor imaginado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario