jueves, 9 de enero de 2014

Novelistas invitados: Damián Martínez



¡Feliz Navidad!

Atrás quedaban los abrazos del mediodía, las corridas por el patio, los pelotazos fuertes de mi primo Osvaldo que no entendía que aun éramos niños. Siempre sostuve que la tía Miriam intuía que la navidad moría a las tres de la tarde, se iba a la cocina a lavar los platos, de los repasadores dejaba caer las migas en todo el piso, tapaba el pollo asado, lentamente la veía barrerlo todo, ya nadie la podía hacer sentar a la mesa de nuevo. Pues no recuerdo una navidad que no se muriera a esa hora. Si, se moría a las tres, mas tardar a las cuatro, en algún comentario al pasar, el vino siempre hacia decir algo de más, algo que nos dejaba en silencio a todos, algo que no queríamos escuchar, la ultima que recuerdo con toda la familia: Ramoncito decía que el abuelo se había ahorcado porque, todos lo dejamos solo en semana de turismo, entonces la navidad en casa se terminaba, entre caras largas yo notaba con los años que cada vez eran menos los que se quedaban a esperar el helado.
 Damián Martínez



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